Sr. Melton, ¿qué piensa que ha llevado a la IARC — una institución de la OMS — a reclasificar el nivel de riesgo del humo de soldadura?
La IARC es un grupo de expertos que ha examinado toda la información publicada sobre este tema, inclusive los datos de exposición, las investigaciones sobre el cáncer en humanos y animales y los datos epidemiológicos y de otros tipos. Sobre la base de «nuevos hallazgos de relevancia», llegaron a la conclusión de que todas las partículas de humo de soldadura, independientemente de su composición, debían pasar de calificarse como «Posible carcinógeno para el ser humano» (grupo 2B) a «Carcinógeno para el ser humano» (grupo 1). Antes era difícil diferenciar los efectos del humo de soldadura de los de otras sustancias como el amianto o el humo del tabaco. Pero ahora, al actualizar los conocimientos sobre los perjuicios de otras sustancias, se ha encontrado una relación entre el humo de soldadura y el cáncer. Entonces, los médicos de la IARC han concluido que existen «pruebas fehacientes» de que el humo de soldadura puede provocar determinados tipos de cáncer en personas.
¿Esto podría dar lugar a restricciones o a la prohibición total de la exposición al humo de soldadura?
La IARC examina las pruebas y saca conclusiones sobre el riesgo que tienen ciertas sustancias de producir cáncer. La organización no establece límites ni promulga normas de obligado cumplimiento. Es responsabilidad de otras entidades nacionales e internacionales revisar las conclusiones y establecer valores límite para la exposición. Como los valores límite se van a reducir, los controles de exposición serán más estrictos. La implementación específica de las medidas pertinentes varía según el país: algunos tienen valores límite para el humo de soldadura en el puesto de trabajo, otros controlan el humo mediante valores límite individuales en relación con la composición, por ejemplo, cromo, níquel y manganeso.
En todos los debates debemos tener en cuenta que otras sustancias corrientes como los gases de los motores diésel también están clasificadas por la IARC como carcinógenas. Estas sustancias no están prohibidas, pero existen unos valores límite recomendados.
¿Cómo afectan estas novedades a su trabajo en el IIW?
Es importante aclarar que las publicaciones de la IARC sacan conclusiones sobre la base de las investigaciones, pero no constituyen documentos jurídicos. No obstante, la monografía 118 es un documento muy importante que debemos revisar y ante el que debemos reaccionar de la forma correspondiente. La industria de la soldadura recurre al IIW para orientarse. Por eso estamos preparando una nueva declaración sobre el riesgo de producir cáncer del humo de soldadura que se publicará antes de que acabe el año.
Los miembros del IIW seguirán estudiando e investigando el humo de soldadura para entenderlo mejor. La idea es que podamos tomar medidas para reducir sus efectos nocivos. Algo que aún debe estudiarse más en profundidad, por ejemplo, en la formación de cromo hexavalente en el humo de soldadura: es un carcinógeno cuyo mecanismo no llegamos a comprender del todo.
El IIW aún no ha emitido una declaración oficial. ¿Cuál sería su recomendación?
Yo creo que ya es una práctica habitual reducir los efectos del humo tanto como sea posible para los soldadores. Existe una jerarquía de medidas para la reducción de la exposición: desde la minimización del volumen de humo generado con el proceso hasta el uso de equipos de aspiración de humos y de respiración. Hasta ahora, en algunos países el humo derivado de aceros de alta aleación estaba mejor reglamentado que el de otras aleaciones. El mensaje que hay que dar ahora es que el humo de soldadura debe tratarse de la misma manera en todas sus formas.
¿Cómo pueden contribuir los fabricantes de sistemas de soldadura a la minimización del humo de soldadura?
La mayor parte del humo de soldadura proviene del material de aporte, así que los avances en este sentido pueden reducir la cantidad y alterar la composición del humo generado en este proceso. Pero el control del arco voltaico mediante la fuente de potencia también es importante. Por regla general, un arco voltaico estable genera menos humo, y un control más preciso del mismo mediante la fuente de potencia contribuye a esta estabilidad. La mayor parte del humo se origina por la evaporación de las gotas fundidas; por tanto, el control de los parámetros de soldadura para la minimización de la temperatura de las gotas fundidas repercute sobre la emisión de gases.
Aun así, el humo de soldadura siempre es inevitable en cierta medida. Por eso ofrecemos una amplia gama de productos como caretas de soldadura con ventilación y antorchas de aspiración. Pero no todo el mundo los utiliza. ¿Cuál cree que es la razón?
Yo creo que las antorchas de aspiración tienen mala fama. Hay quien piensa que interfieren con el gas protector y afectan negativamente a la calidad de los cordones de soldadura. Además, los modelos antiguos eran pesados y voluminosos. Los fabricantes como Fronius deben convencer a sus clientes de que la nueva generación de antorchas de aspiración es una buena alternativa a la aspiración local
¿Los fabricantes de equipamiento tienen otras oportunidades de aumentar la seguridad?.
La mejor protección es evitar que los soldadores estén expuestos al humo en su origen. La mecánica y la robótica pueden desempeñar un papel importante en este sentido.
Nuestra empresa ya está bien posicionada en lo que respecta a sistemas de soldadura robotizada y automatización. No obstante, aún hay muchos soldadores manuales en el mundo, y seguramente seguirá siendo así. ¿Qué podemos hacer para proteger a estas personas?
Lo más importante es concienciar a los soldadores sobre los peligros a los que están expuestos. Debemos involucrarnos más en la fase de formación e informar a los instructores desde el principio de la mejor forma posible sobre los posibles peligros. Esta es la mejor forma de llegar a los soldadores jóvenes y de garantizar que las medidas de seguridad y de protección de la salud se implementen tanto en la teoría como en la práctica. Personalmente, me da la sensación de que los soldadores en realidad están muy familiarizados con este tema. Los soldadores jóvenes ya saben reconocer los peligros y cumplen las medidas de seguridad correspondientes.
Fronius y otros fabricantes aún deben desarrollar mejores métodos de regulación de gases y perfeccionar los procesos de soldadura para producir menos humo en origen.
¿La monografía 118 de la IARC prevé el fin de la industria de la soldadura?
No, en absoluto. Hace muchos años que somos conscientes de que las partículas del humo de soldadura pueden ser cancerígenas, y disponemos de buenos sistemas para reducir los efectos nocivos del mismo. La nueva clasificación de la IARC subraya la necesidad de seguir desarrollando nuevos enfoques y sistemas que permitan limitar tanto como sea posible la exposición de los soldadores al humo.
No debemos cesar en nuestro empeño por reducir el riesgo. Yo creo que de esta forma podremos asegurar la supervivencia del sector a largo plazo.